SUERO FISIOLÓGICO: ¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE?

 

Una solución salina se compone de cloruro de sodio (sal común) disuelto en agua destilada. Puede tener distintas concentraciones de sal, de manera que sea: hipertónica (cuando la concentración de sal es superior a la fisiológica) o isotónica (cuando la concentración de sal es similar a la fisiológica, 0,9%).

El suero fisiológico es una solución salina con una concentración isotónica de cloruro de sodio (NaCl) al 0,9 %, en definitiva, es una solución estéril de cloruro de sodio diluida en agua. La proporción de esta disolución es de 9 g de cloruro sódico por cada litro de agua.

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Así, esta concentración salina tiene la misma proporción que los fluidos de nuestro propio organismo, por este motivo, se considera que es una sustancia isotónica y, si se administra correctamente, no produce irritaciones, alergias ni picores. A pesar de que se trata de una solución a base de sal y agua, no es posible fabricarla en casa debido a que conseguir un producto estéril y con la proporción exacta es complejo.

El suero fisiológico tiene diferentes usos y existen diferentes presentaciones en el mercado, pudiendo optar así por la que más se adecúa a nuestras necesidades.

Usos del suero fisiológico

Usos del suero fisiológico El suero fisiológico puede aplicarse en ojos, nariz, oídos, heridas o mucosas entre otros:

  • Higiene nasal: el suero fisiológico puede utilizarse para realizar lavados nasales, contribuye a eliminar la mucosidad de la nariz, hidratar la mucosa nasal y reducir la sequedad. Se recomienda su uso cuando se presenta mucosidad por catarro o por otras enfermedades respiratorias o para aliviar la congestión nasal por alergia; cabe destacar que el uso de agua de mar es útil en todos los casos. Para la higiene de nariz se utiliza en instilación, es decir, poco a poco; en lavado cuando se tiene la nariz seca u obstruida, o en spray. Así, es habitual utilizar suero fisiológico en monodosis. Para aplicarlo, se debe echar la cabeza hacia un lado, introduciendo delicadamente la boquilla de la ampolla monodosis en la fosa nasal y apretándola levemente, repitiendo este procedimiento en cada una de las fosas nasales. A continuación, hay que levantar la cabeza para dejar fluir la mucosidad y después limpiar el excedente. Se recomienda no sonarse la nariz violentamente durante los 10 minutos que sigan a la administración.
  • Higiene ocular: el suero fisiológico también es muy útil para limpiar, refrescar o hidratar los ojos. Por ejemplo, cuando se padece una conjuntivitis, picores por alergia a pólenes o en caso de que “algo” entre en el ojo. Es importante destacar que el suero fisiológico no sustituye al colirio y a las lágrimas artificiales, aunque sí se recomienda el uso del suero para la limpieza de los ojos antes de aplicar éstos. Para realizar una higiene adecuada con suero fisiológico, por instilación, lavado o baño, hay que vertir unas gotas de solución en cada ojo, secando el excedente de líquido con una compresa estéril y evitando poner el recipiente del suero fisiológico en contacto con la superficie del ojo. Este tipo de lavado es compatible con el uso de lentillas. Higiene auricular: la cera es una combinación de secreción glandular (glándulas ceruminosas y sebáceas) procedente del tercio externo del conducto auditivo externo y descamación epitelial. Normalmente migra fuera del conducto por un mecanismo de autolimpieza facilitado por los movimientos de la mandíbula. La cera limpia protege (es una barrera química y bactericida frente a la infección y barrera mecánica frente a los cuerpos extraños) y lubrica el conducto auditivo externo. Cuando fracasan estos mecanismos, la cera se acumula, lo que puede causar síntomas, impedir la visualización del tímpano y/o dificultar la exploración audiovestibular, haciéndose en estos casos necesaria su extracción. Para una adecuada higiene auricular, se puede utilizar suero fisiológico para evacuar los depósitos solubilizados de cerumen y enjuagar el conducto auditivo externo.
  • Lavado de heridas: la herida es una pérdida de la integridad de los tejidos blandos, producidas por agentes externos, como un cuchillo, o por agentes internos, como un hueso fracturado. La pérdida del ambiente exterior del interior hace que pueda producirse una infección. La limpieza de una herida debe hacerse con suero fisiológico. También una quemadura leve una vez enfriado el tejido o las curas de úlceras por presión. Para el lavado de heridas, si se utiliza suero fisiológico en monodosis, se debe realizar utilizando toda la solución contenida en ella, procurando no poner en contacto el recipiente de la monodosis con la superficie de la herida y secando el exceso de líquido únicamente sobre la piel sana.
  • Inhalación en aerosolterapia: la aerosolterapia permite administrar sustancias por vía inhalada mediante nebulizadores, alcanzando concentraciones superiores en el árbol bronquial, aunque con una gran variabilidad inter e intraindividual, dependientes del tamaño de las partículas, la edad, el patrón respiratorio y las condiciones del paciente. En el caso de la inhalación en aerosolterapia, si la solución se utiliza como disolvente, se debe remitir a las instrucciones indicadas propiamente en el producto a inhalar. Por otro lado, si la solución se utiliza sola, se debe remitir a las instrucciones indicadas en el aparato de aerosolterapia.

Existen distintos formatos de suelo fisiológico. El formato más habitual son las ampollas monodosis ya que resulta muy cómodo y además es muy seguro. Son monodosis para un solo uso, porque normalmente contienen 5 ml de suero fisiológico, siendo la mejor presentación para limpiar los ojos, nariz, oídos, heridas y quemaduras.

Por otro lado, también existen botellas de suero fisiológico con distinta capacidad, siendo las más habituales desde 100 mL hasta 1 L. De manera general, este formato suele venir sin tapón para cerrar por lo que el suero debe extraerse mediante una jeringa con aguja lo que, sumado a su gran volumen, lo hace un formato más incómodo que las monodosis anteriores. Existe además un riesgo importante de contaminación por un mal uso, por lo que es necesario cuidar la higiene de la aguja de la jeringa. También hay disponible suero fisiológico en spray, sobre todo para realizar lavados nasales, y en gotas, aunque son formatos menos empleados. En caso de necesitar suero fisiológico para cualquiera de sus usos, bien sea la higiene nasal, ocular, auricular o lavado de heridas, podemos consultar con un profesional sanitario como el farmacéutico para encontrar la presentación más adecuada a nuestras necesidades.

En caso de ser utilizados en bebés y niños, hay disponibles en el mercado presentaciones en ampollas monodosis de 5 ml que tienen un sistema de apertura más seguro, más fácil y cómodo para facilitar el uso de dicho suero fisiológico. Resulta esencial contar en casa con suero fisiológico en monodosis debido al gran abanico de posibilidades y aplicaciones que presenta.

REFERENCIAS

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